Lo natural es lo más sano, o eso repetían nuestras abuelas. Sin embargo, no siempre tiene por qué ser así ni lo “sano” es inocuo.
Muchos afirman que es más sano un remedio de herboristería que un medicamento. No piensan que toda sustancia, repito, TODA SUSTANCIA ejerce un efecto en el organismo de forma global. Hace poco puse el ejemplo de los antihistamínicos, que nos ayudan a sobrellevar los efectos de la alergia pero además de actuar sobre nuestra nariz para evitar que parezca un grifo actúa en nuestro sistema nervioso central y nos regala una bonita boca seca y un sueño que hasta pone de mala leche. ¿Creéis que un remedio de herboristería no puede hacer lo mismo? Pues bien, como hematóloga me he encontrado con pacientes que tomaban anticoagulantes orales y de buenas a primeras se descontrolaba el nivel de coagulabilidad de su sangre y al investigar…anda, pero si el abuelo estaba tomando un laxante natural a base de aloe vera o lo comía en trocitos con el yogur porque le han dicho que es bueno para el estómago. No digo que el aloe no sea bueno, sino que además de ese efecto buscado produce otros. Ir al baño irá, pero de paso me vuelvo loca intentando ajustar el nivel de coagulabilidad de su sangre para que no sufra ningún trombo ni una “mosqueta” al primer estornudo.
El té es depurativo, diurético…y un astringente genial, si abusas de él puedes aguantar unos días sin visitar al Señor Roca. Es ideal para “mulas” que quieran pasar todas las bolas de droga y asegurarse de no perder retrete abajo unos gramitos de tan preciado cargamento. Es natural 100%, ¿qué puede tener de malo?
Vamos un poco más allá. Un medicamento tiene medida con exactitud la cantidad de principio activo que posee. Una aspirina puede tener 300 ó 100 mg. Ni uno más, ni uno menos. ¿Preferiríais optar por lo natural y tomaros una infusión de sauce blanco, del que proviene el ácido acetilsalicílico, sin conocer la cantidad exacta de ese principio que os estáis tomando?
Os llegan muchos correos en los que os aseguran que hay sustancias naturales que luchan contra el cáncer de manera eficaz, pero las empresas farmacéuticas y los médicos les silenciamos porque queremos ganar mucho dinero a costa de la salud de los pacientes. Lo expliqué hace poco y lo repito: para que un medicamento sea eficaz contra un tumor, tiene que frenar el crecimiento de esas células malignas destrozándolas por dentro como sea. Por desgracia, al parar el crecimiento desmesurado de esas células cancerígenas afecta también, a la fuerza, al resto de células del cuerpo. ¿Creéis que el limón, el bicarbonato o las pepitas de chirimoya tienen el poder de atacar sólo a las células malas y no dañar las buenas? ¿Por qué entonces sufrimos cáncer si forman parte de nuestra dieta habitual esos alimentos milagrosos?
La leche antes era más natural, sin tantas modificaciones ni cosas raras, tenía otro sabor. Imagino que era el sabor a brucella, no pasteurizar la leche es arriesgarse a padecer infecciones nada divertidas.
“Lo ideal es que uno no se vacune y consiga las defensas por sí mismo”. Lo malo de esta teoría es que implica que haya personas que mueran por no ser capaces de hacer frente a esa infección, queden con secuelas que se podrían haber evitado con una correcta vacunación o que haya una epidemia con todo lo que ello conlleva para la sociedad (gente de baja, gente con pánico a contagiarse, etc). Y no, las defensas que se consiguen gracias a la vacuna no difieren de las defensas que se consiguen de forma “natural”, el proceso en ambos casos es el mismo: se estimula al sistema inmune al presentarse un enemigo, sea con todas sus fuerzas como en el caso natural o atenuado/muerto/hecho pedacitos como en el caso de las vacunas y éste aprende a reconocerlo, crea defensas específicas para ese enemigo y en la siguiente ocasión en que se lo encuentra lo elimina con rapidez.
Y suma y sigue, seguro que vosotros conoceis más bulos y mentirijillas de este tipo…
Cuando algún “hiervas” se pone a criticar el tema de las vacunas siempre saco a relucir una enfermedad que les deja callados al instante:
La polio
Es matematico les hablas de cualquier otra vacuna y se llenan de argumentos pero con la de la polio se callan.
Lo triste es que lo que les deja desarmados no es la efectividad de la vacuna, sino el hecho de que se administre por via oral. Si fuera inyectada se buscarian mil argumentos pero al ser algo tan “natural” como unas gotas ya no saben que decir…
Pena me da lo que acabas de contar, pensaba que algo tan horrendo como la polio era suficiente para callarles…pero no, es el método de administración. Tócatelos, Mariloles…
Como el estramonio, hierba del campo, natural cual amapola. Así que echa una buena cantidad en la infusión, que es sano seguro.
David, no des ideas
¡Es el espíritu de los premios Darwin! ¡Lo hago por el bien de la raza humana!
Y que decir del autismo provocado por las vacunas….
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/01/07/noticias/1294393151.html
Menuda pedrá tiene mas de uno en la cabeza.
Y si, vivan los premios Darwin. Me encantan.
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David, eres malo.
Excelente artículo pero te pongo un pero en lo de la leche. Cuando yo era pequeño tomaba leche a granel y venía pasteurizada y sabía mil veces mejor que la de ahora. Incluso hoy en dia, en mi ciudad, venden leche directamente del ganadero, pasteurizada y con todos los controles por supuesto, y está mucho más buena que la de tetrabrik.