La Medicina está en todas partes, incluso a la hora de irnos a la cama
Las consultas de Pediatría están llenas de padres desesperados porque sus niños lloran de noche o les cuesta trabajo conciliar el sueño. Esos padres suelen solicitar “algo que haga que mi niño duerma“. Son los menos. La mayoría abre el botiquín y recurre al clásico jarabe para la tos a los antihistamínico, las infusiones de tila alpina, manzanilla con hierbaluisa o cualquier otra que tranquilice al pequeño insomne.Son medidas rápidas y fáciles, a veces no exentas de riesgos ni de efectos secundarios o de eficacia dudosa.
Los jarabes para la tos. Contienen codeína, derivado de la morfina que tiene propiedades antitusivas y analgésicas. Sin embargo, una dosis excesiva deprime el centro respiratorio, lo que quiere decir que provoca una respiración menos profunda y frecuente, lo que junto con el efecto sedante puede llevar a la asfixia sin que el niño se dé cuenta.
Los antihistamínicos. Las clásicas pastillas para la alergia. Los de primera generación, como la cetirizina por ejemplo, causan somnolencia, ganancia de peso y a veces irritabilidad. Los niños pequeños son más sensibles a sus efectos.
En cuanto a las infusiones, su utilidad es discutida y muchas veces su efecto es puramente placebo. No obstante, muchos padres suelen darle a sus retoños manzanilla con hierbaluisa o tila alpina antes de dormir con la esperanza de que concilien el sueño de forma eficaz.
De todos modos, en las consultas de Pediatría se insiste mucho en que más que darle un medicamento al niño insomne es más eficaz y recomendable seguir unas pautas como acostarse y levantarse todos los días a la misma hora, no realizar actividades que le puedan excitar antes de ir a la cama como jugar con la videoconsola o andar para arriba y para abajo con el patinete que le acaban de traer los Reyes Magos, bañarle poco antes como actividad relajante, la importancia de contar cuentos antes de dormir, asegurar un ambiente tranquilo y libre de ruidos, a veces con una lamparita encendida si al niño le da miedo la oscuridad. Esas medidas suelen dar mejores resultados que cualquier medicamento

La tos es un mecanismo de defensa del aparato respiratorio. Los bronquios y la tráquea junto con la laringe son muy sensibles a la presión ligera, de tal modo que cantidades pequeñas de sustancias extrañas o la presencia de un elemento irritante hace que se desencadene de forma automática la tos, denominándose a este mecanismo reflejo tusígeno. Al desencadenarse la t
os, el individuo inspira rápidamente hasta 2’5 litros de aire. Después, se cierran la epiglotis y las cuerdas vocales, atrapando el aire en el interior de los pulmones. Por último, los músculos del abdomen y del tórax se contraen con fuerza, comprimiendo fuertemente los pulmones, al mismo tiempo que se abren la epiglotis y las cuerdas vocales, saliendo el aire a gran velocidad ( desde 120 a 160 Km/hora), transportando hacia fuera todo elemento irritante o extraño que haya en alveolos, bronquios, tráquea o laringe.